sábado, diciembre 03, 2016

Abrazo infinito a Fidel


Hasta Siempre Comandante

Con su visión futurista, el líder histórico de la Revolución Cubana vaticinó el homenaje póstumo por su desaparición física, con la multitud de pueblo que inundó los laterales de la carretera central  durante el recorrido a la inversa de la Caravana de Libertad con el cortejo fúnebre que trasladó sus cenizas rumbo a su última morada en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba.


Parque Vicente García González

En trasmisión de la emisora provincial Radio Victoria, en Las Tunas, como parte de la cadena de emisoras de radio, viví un momento en el que tanto me embargó la emoción que solo recuerdo el inicio de la descripción al decir: Justo en este minuto pasa frente a la Caldosa la caravana…

Aquilaté entonces la intensidad de la frase YO SOY FIDEL, esa coreada por el pueblo de Cuba entre el dolor y la admiración; fue un momento donde solo la profesionalidad te permite no interrumpir el reporte, aun con la voz quebrada de emoción.  

Poco me sirvió el texto preconcebido para describir ese instante fugaz de tener frente a mi el armón sobre el cual viajó la urna de cedro con las cenizas del amado líder, cubierta por la bandera cubana de los radiantes colores patrios.

Luego busqué el movimiento de las banderas, las fotografías de Fidel, los estudiantes y pioneros con las consignas y carteles hechos por iniciativa de muchos de ellos, los móviles y cámaras que captaban aquel momento trascendental.

Encontré muy cerca de mi a la mujer que se secaba las lágrimas, mientras otros tantos rostros se divisaban con expresión similar, y se entrelazaban trabajadores, jubilados, personas con bastón, ancianos y aquel adolescente discapacitado que mucho antes me mostraba una fotografía de “papasito Fidel” que se iba al cielo.

San Antonio, donde me encontraba al oeste de la capital tunera, es ahora una comunidad con el complejo recreativo El Cornito, donde vivió el bardo Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), y la representaron más de mil habitantes, muchos de los cuales recuerdan el lugar como una ranchería antes del triunfo de la Revolución liderada por Fidel.  

Muy próxima se erige la llamada Zona industrial, con más de 30 empresas; entre estas las de Producciones Metálicas de puertas y persianas y  la fábrica de Estructuras Metálicas Paco Cabrera que asume alrededor del NOVENTA por ciento de producciones para grandes inversiones del país, como la Zona Especial Mariel.

También se ubica una de las dos Empresas cubanas de producción de aceros exportables y barras para el programa de la vivienda y otros destinos, cuyo Laminador 200 lo inauguró Fidel en 1988, y para el acceso a la instalación se ejecutó entonces un tramo de la circunvalante sur.

Además se sitúan la Empresa Eléctrica y sus unidades de generación distribuida, que tuvieron un mayor desarrollo mediante la Revolución Energética conducida por el Comandante en Jefe a partir del Período Especial.

Otra industria es la de la Cerámica, y en su colectivo se recuerda el aporte de artículos ornamentales para las premiaciones de eventos nacionales del Fórum de Ciencia y Técnica, en un período en que la provincia tuvo una reconocida labor.

Su entonces representante Roberto Cabrera se enorgullece de haber recibido el abrazo de Fidel, pero también su elogio a la calidad de la cerámica tunera. 

Los tuneros tienen mucho más que rememorar de la obra de Fidel en Las Tunas, como sus continuos chequeos en el sector agroazucarero, y la inauguración de la terminal de embarque de azúcar a granel en Puerto Carúpano, que humanizó la labor de los obreros que debían cargar los sacos sobre sus espaldas.

También inauguró el hospital provincial Ernesto Guevara en 1980,  e impulsó un movimiento emulativo por la sede del 26 de julio, fecha de los asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, provincia de Granma.  Un año después los tuneros celebraron el acto central por la efeméride.

La segunda sede nacional presidida por el entrañable Comandante en Jefe fue en 1997, en el aniversario 44, cuando inauguró la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García González.  

Estas son muestras de la presencia de Fidel en Las Tunas, que en mucho explican el porqué los tuneros no le han fallado en el homenaje póstumo y juran lealtad a su obra que dignificó a hombres y mujeres.