sábado, mayo 30, 2015

El tercer mandato de Maura como delegada del Poder Popular

En la circunscripción 26 del Consejo Popular 19, del municipio de Las Tunas, asume el tercer mandato como delegada Maura Rodríguez Ramírez, quien sabe estar muy cerca de sus electores  y ha contribuido a transformaciones en la comunidad, con participación colectiva, aun inmersa en el complejo quehacer laboral.

A dosificar adecuadamente cada minuto del día ha aprendido en su paso por las responsabilidades de cuadro del Sindicato Provincial de la Educación, funcionaria del Comité Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba, Presidenta de Consejo Popular y actualmente Coordinadora de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR)  en el municipio cabecera.

Tan complejas responsabilidades no dejan suficiente tiempo a Maura para el hogar y labores asociadas a este, pero ahí están prestos varios familiares, en especial su mamá, Margarita Ramírez, que se enorgullece de la confianza depositada por los vecinos en la gestión de su hija, a quien apoya mucho en el quehacer doméstico.

Mientras para su hijo, Raiko Ramiro Rivero, ella es el mejor ejemplo  al cumplir sus responsabilidades de cualquier tipo, incluidas las de la comunidad con cargos en los CDR, seleccionado como joven “55 aniversario” de la zona cederista, y asegura ser militante de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) porque su mamá es militante del Partido Comunista de Cuba (PCC).

La delegada encuentra el verdadero sentido a tanto esfuerzo en el reparto Casa de Piedra, aun entre la premura de tantas tareas a diario, incluidos los domingos, y las limitaciones para satisfacer solicitudes de los electores, quienes agradecen su contribución en las mejorías del servicio eléctrico, la panadería y recuperación de viviendas.

“Hemos logrado mantener  un vínculo directo, tanto con los factores de la comunidad como con los electores, en la atención a sus problemáticas. Hemos tratado de atender de forma diferenciada no solo en el despacho sino en el momento en que surge la preocupación, para poder utilizar el tiempo lo más objetivamente posible”.

“Es un compromiso muy alto, ser delegada de circunscripción es en realidad el respaldo, el reconocimiento social, y eso te reconforta, te da fuerza para crecerte ante las dificultades, a veces los problemas materiales influyen mucho en la gestión del delegado, pero siempre con la correcta y oportuna explicación logramos el compromiso con los electores, su cumplimiento de las tareas, una mayor motivación en la comunidad, y nos da fuerza para continuar trabajando”.

“Sin dejar de afrontar tareas propias que una tiene, yo tengo familiares que son esa retaguardia que está siempre ayudando en las tareas del hogar – enfatiza Maura- lo que hace posible que me haya mantenido por más de cinco años como delegada de circunscripción, y que no haya faltado ni el afecto ni el cariño a la familia, ni tampoco a los propios electores y residentes en la comunidad”.

A esta mujer identificada con las tareas donde se sabe útil se le puede encontrar lo mismo en la oficina, que en el recorrido por la base, junto a un elector, y en el proyecto comunitario dominical “Por nosotros mismos”, siempre sonriente y atenta, a pesar de las ojeras luego de una o varias jornadas intensas.