domingo, agosto 24, 2014

Una mujer de familia y hogar

Mirna_Pena_y_nietaUna escena me atrapa casi todas las mañanas en mi recorrido habitual a través del parque Maceo, que me ha resultado siempre el más atractivo de la ciudad capital de la oriental provincia de Las Tunas, 690 kilómetros al este de La Habana.

Poco después de las siete o cerca de las ocho de la mañana  suelen ser los horarios en que pocas hojas quedan por recoger, aun con ese movimiento ligero a la escoba, compartido entre la trabajadora de Servicios Comunales Mirna Peña Guerra y su nieta Rachel Cordovés Gutiérrez.

Para la pequeña los días de vacaciones no son solo de juegos y recreación, ni le disgustan ocasionales llamadas para levantarse a las seis, por el apego con su abuela, mientras su hermana gemela, Sheila, se  decide por la mamá.

En esa apacible compañía familiar poco a poco desaparecen las hojas secas o desechos arrojados bajo algún banco por manos imprudentes; y antes de concluir la jornada Mirna está al tanto de otros cuidados que no forman parte de su contenido de trabajo, pero favorecen la  jardinería.

Bien recompensan  a sus 36 años de trayectoria laboral la acertada decisión de cambiar sus ocupaciones de maestra y dependienta de farmacia por la de barrendera para apoyar mejor a su hija en la preparación académica que la convirtió en Maestra, y ahora a las nietas.


Además de las tareas escolares, ellas desarrollan sus habilidades para el arte en la compañía “Las Hormigas Rojas”, y bailan en las carrozas infantiles, con ayuda de la abuela que los sábados las lleva hasta la casa de la cultura “Tomasa Varona”

De los  9 años en Servicios Comunales ya suman tres en el actual puesto, donde la acompaña su nieta Rachel, de once años, y a veces la ayuda a recoger la basura, barre con su pequeña escoba, o tan solo la anima al seguirle los pasos tras el carrito.

Mirna lo ve como un modo de ir incitándola al trabajo que “forja al hombre nuevo y es bueno impregnarle a los hijos ese ejemplo de laboriosidad”. Aun no tiene planes de jubilarse porque le gusta lo que hace, reconoce el beneficio social de su labor, y velar porque no arrojen basura, ni suban las bicicletas o crucen por las áreas verdes. Nunca le han faltado el respeto cuando llama la atención por alguno de esos actos, “eso va en la forma que uno se dirija a las personas;  usted va con buena forma, no puedes maltratar y después querer que no te maltraten”.

Hace cinco años atendieron su solicitud de una vivienda al otorgarle un apartamento grande, con buenas condiciones,  de lo que Rachel recuerda: “a mi abuela ese día le subió hasta la presión, la veía feliz, se lo dijeron por la noche y ella repetía la noticia como si fuera por Radio Reloj”.

Desde su modesto empleo, esta mujer integrada también a las actividades en la comunidad reafirma su amor a lo que hace “y a esta Revolución, tengo mucho que agradecerle y vengo de una familia que ayudó a forjar esto que tenemos hoy; barriendo hice a mi hija licenciada, y siempre pensando en hacerse master y continuar superándose”.

En esta última semana de agosto, las gemelas comenzarán los ensayos para los carnavales de la ciudad capital porque bailan en las carrozas infantiles.

jueves, agosto 21, 2014

Artículo de Fidel Castro: La verdadera amistad


A su paso por Cuba (Nicolás Maduro) aprovechó para hacer un contacto conmigo y saludarme personalmente como había prometido, el 13 de agosto.

Ayer recibí la visita del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, quien realizó un viaje al exterior relacionado con la defensa de importantes intereses petroleros de su país.

A su paso por Cuba aprovechó para hacer un contacto conmigo y saludarme personalmente como había prometido, el 13 de agosto del presente año cuando tuve el privilegio de cumplir 88 años. Ese día me había obsequiado algunas frutas, entre ellas, unas pequeñitas como perlas, que yo ni siquiera había visto nunca y son de excelente sabor. También me regaló un uniforme deportivo, obsequio de los atletas venezolanos que buscan laureles para su país.

Me alegró extraordinariamente que cumpliera tan pronto su visita, no solo por el honor que implica su presencia y acción rápida, que requiere la difícil tarea de llevar adelante la épica lucha de Hugo Chávez, sino también por las actividades excepcionales que está realizando.

Nuestro mundo está viviendo un momento excepcional y único, cada día es mayor el número de personas que está pendiente de ello. Entre tales acontecimientos, uno de los más dramáticos es el genocidio que se lleva a cabo en la Franja de Gaza, donde 1,8 millones de seres humanos viven acorralados entre el desierto, el mar y el poderío militar de un país del Oriente Medio, donde el imperio más poderoso que ha existido nunca ha creado a lo largo de más de medio siglo, y a un costo, según algunos estimados, que se aproxima a cien mil millones de dólares, una potencia militar nuclear sofisticada y a la vez irresponsable. Muchas personas se preguntan: ¿Quién gobierna a quién, Estados Unidos a Israel o Israel a Estados Unidos?

Los hechos son visibles. Cohetes con blancos programados, bombarderos veloces y precisos, artillería blindada y tanques modernos, atacan edificios repletos de personas, así como a hospitales, escuelas e instalaciones de servicios, matando niños, jóvenes, ancianos, madres y padres indefensos.

Antes ocurrían hechos atroces. Sin remitirnos desde luego a pasados milenios, sino a luchas que sucedían antes de la Segunda Guerra Mundial: guerra de Etiopía, Guerra Civil de España, bombardeo de Guernica, guerra de Japón para conquistar a China, intervenciones de Estados Unidos en América Latina; hechos que causaban conmoción, pero que en nada se parecían a las espeluznantes escenas que hoy se observan en las imágenes que cada ciudadano ve en sus hogares por televisión. Los políticos se turban y el caos se hace evidente en la política mundial.

Por ello resultó tan útil el encuentro con el Presidente Venezolano. Me pareció sin embargo que guardar silencio no beneficiaría a nadie. Con la mayor sinceridad lo felicité por lo que estaba haciendo por el pueblo mártir de la Franja de Gaza. Que los países que sufren una tragedia merecen una ayuda continua en la medida de los recursos de un país, por dura que sea su propia situación. Eso fue lo que hizo Cuba, aun en sus tiempos más difíciles, bajo el feroz bloqueo yanki que dura ya más de medio siglo.

Lo que hace hoy Venezuela es un ejemplo excepcional. Son conocidas las medidas púnicas del imperialismo contra ella, desde que intentaron derrocar a Chávez con el apoyo de la oligarquía fascista de Venezuela, y eliminarlo si fuera posible. Éste nunca vaciló y fue solidario con nuestra Patria en los tiempos más difíciles.

Felicité a Maduro por su extraordinaria solidaridad con el pueblo heroico de la Franja de Gaza. Apenas llegaron noticias del genocidio y el elevado número de niños, madres y otras personas heridas o asesinadas por los ataques genocidas de Israel, ordenó preparar un avión militar de carga, de fabricación norteamericana, que solo con grandes dificultades puede superar el bloqueo de piezas por sus fabricantes, y enviarlo con equipos, medicamentos y alimentos esenciales a Egipto con destino a Gaza; envió además al incansable Ministro de Relaciones Exteriores a El Cairo a fin de obtener el apoyo pertinente para hacérselos llegar a quienes desesperadamente lo necesitaban.

Desde entonces los valientes pilotos venezolanos transportan su carga humanitaria, que permite salvar madres, niños y ancianos de la muerte. Leía hoy sin embargo un despacho de la agencia AP procedente de Venezuela, en el que se publican declaraciones de la “Asociación de Clínicas y Hospitales de Venezuela, que agrupa” a “centros de salud privados del país”, pidiendo al Gobierno que se declare una “emergencia humanitaria” para hacer frente a la “escasez de insumos, medicamentos, equipos médicos y repuestos” que, aseguran, “ponen en riesgo la vida de la población.”

¡Qué enorme casualidad! Esta demanda se realiza precisamente cuando en la Franja de Gaza se produce el genocidio yanki-israelita de la zona más pobre y superpoblada de esa comunidad que ha vivido allí a lo largo de milenios.

Eso es lo que hace tan meritoria la conducta de Maduro y los militares y especialistas venezolanos que llevan a cabo tan ejemplar acción ante la tragedia del pueblo hermano de Palestina.

Muchas cosas se podrían decir ante este hecho notable si el Homo Sapiens lograra vivir -lo que estaría en sus manos-, y no se extermina a sí mismo.

Durante un recorrido por áreas que implican grandes perspectivas alimentarias, aparecen dos trabajadoras. Les pregunté si conocían al acompañante. Lo miraron bien y dijeron: “El presidente Maduro”, y sonrieron con picardía. Les pregunté qué nivel de escolaridad tenían. La más joven dijo: “12 grados”. La otra, todavía joven y fuerte, respondió que era graduada como profesora de Educación Física y Deportes, en lo que trabajó varios años. Finalmente les pregunté si estarían dispuestas a trabajar en Venezuela, y con entusiasmo me respondieron: “¡Por supuesto que sí!”.

No me extiendo si pretendo publicar este escrito hoy mismo, como le expresé al Presidente venezolano.

Fidel Castro Ruz

Agosto 20 de 2014

6 y 44 p.m.

(TOMADO DE CUBADEBATE)

domingo, agosto 03, 2014

Días de vacaciones


 Yaimí, y Solangel que irá a la Escuela Nacional de Arte
Junto a mi colega Yerlanis en Pasadía

Aunque la etapa de receso laboral la tengo reservada para cuando llegue mi nieta, he compartido algunos paseos familiares para los que siempre es posible hacer un espacito, en medio de tantas ocupaciones, a veces en el circuito cerrado de la casa al trabajo y viceversa.

Mi hija Ethel y su esposo Yoan



Especialmente disfruto recibir a mis sobrinas residentes en la provincia de Santiago de Cuba, quienes dedican parte de sus vacaciones a visitarme.

Valoro mucho el reencuentro familiar, sobre todo cuando se trata de buenos momentos y no de problemas.Nuestros rostros son el mejor reflejo de la satisfacción por el tiempo juntos.