martes, enero 15, 2013

El privilegio de una amistad




Alejadas de su tiempo podrían considerarse actitudes de mi amigo Manuel Alberto Fernández Ortiz; pero no es por malo sino todo lo contrario, al menos en mi opinión, es por los saberes adquiridos en eso de derrochar cortesía, caballerosidad y frases amables, además de conversar con detenimiento como si pocas veces tuviera prisa.
Una sonrisa habitual

Cualidades de ese tipo me atrajeron desde que nos conocimos aquí en Las Tunas, por relaciones de trabajo cuando se encontraba en la Empresa Provincial de Transporte, pues  ahora labora en el sector azucarero. 

Hoy 15 de enero, está de cumpleaños, momento ideal  para escribir estas líneas como una especie de regalo espiritual, hasta tanto nos veamos pronto, en sus ya próximas vacaciones durante el tiempo de colaboración en Venezuela. 

Suelo llamar “Manolito” a este amigo que asegura haberse educado muy cerca de uno de sus abuelos, de quien sigue buenos consejos en la vida, sobre todo en su comportamiento en las relaciones sociales, como los de nunca considerar tiempo perdido el compartir una fiesta o encuentro similar con una mujer porque esta no sea su pareja. 

En nuestra comunicación virtual o directa nunca falta alguna frase de cariño y halago sin la buena pizca de humor criollo, propio de los cubanos.Me siento privilegiada con este hombre de cuyos esfuerzos provienen los éxitos laborales, con capacidad para cualquier desempeño y merecedor del aprecio sincero de muchos, acorde a sus modos de actuar, perneados de sencillez y sinceridad.

¡Felicidades a mi gran amigo!

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